Esta capacidad del juego para ilustrar innumerables aspectos de la vida ha sido aprovechada por la música pop en multitud de títulos, la mayor parte de ellos, olvidables. Quizás es demasiado obvio para que de ello salga algo sugerente. Tal vez el retrato robot del músico pop –joven haciéndose pasar por adulto–, hace que trate de obviar ese elemento que considera algo demasiado juvenil o infantil. Es probable que la gran canción sobre el juego esté todavía por escribir. Esta no va a cumplir ese papel, pero es interesante por algunas características inusuales.
Still in the Game (Caroline Lost)
Caroline Lost es una cantante de indie-pop, dada a las canciones de amor pegajosas. Como decía Paul McCartney, aunque haya millones de canciones de amor, siempre hay sitio para una más. Si están bien hechas, claro. Y, afortunadamente, las de Caroline Lost suelen estarlo. Lo que diferencia a Caroline Lost de otros artistas del género es que su carrera está más orientada al cine que al mercado estrictamente musical. De hecho, como artista pop es prácticamente desconocida, a pesar de que alguna canción suya es relativamente popular gracias a haber aparecido en alguna película. Lo interesante de esta relación con el cine en lo que se refiere a su producción musical, es que habitualmente colabora con los compositores y los músicos que graban las bandas sonoras. Así, cuando en una canción suya suena, por ejemplo, una tuba, es un señor de verdad con el instrumento real –no una máquina que suena más o menos así–, y además ese señor es bastante bueno tocándola. Otro señor, que también sabe lo que hace, ha escrito el arreglo, etc. Debido a la implacable lógica capitalista de reducción de costes, de la gran orquesta se pasó a la big band, luego al pequeño grupo, más tarde al músico solista, y finalmente al rapero o DJ. Cada vez hay menos personas implicadas en la creación de la música, y los que quedan saben menos de música. Por eso suena a gloria bendita escuchar una canción –aunque sea una tontorrona canción pop del montón– lujosamente arreglada e interpretada por buenos músicos. Como esta Still in the Game.
Jaque Mate
Ajedrez: el juego de los reyes y el rey de los juegos. Infinito en el limitado escenario de sus 64 casillas, complejo y despiadado. El ajedrez refleja no solo las sutilezas del arte militar, sino las de la vida misma. Según las reglas del ajedrez, estás en el juego (still in the game) hasta que no te dan mate. No obstante, la inmensa mayoría de las partidas no terminan por mate, sino por abandono. De nuevo, como la vida misma. Antes de que algún entendido se escandalice, he de decir que si el objeto de mate aquí es la reina y no el rey es porque es una reina regente... con funciones, poderes y habilidades de rey. Consideren también que puede haber otras figuras fuera de campo que hagan posible el mate. No es que haya aplicado las leyes de la Comisión de Boxeo del estado de Nevada, en lugar de las de la Federación Internacional de Ajedrez... Lo que sale en la imagen obedece a motivos estéticos. (Nota: para ver la ilustración a máxima resolución, pinchar en la imagen)
La batalla finaliza. Las peticiones de clemencia no serán escuchadas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario