8 de agosto de 2014

Yo también soy un berlinés. Früchte des Zorns

Früchte des Zorns
Hmmm, esta no creo que la conozcan. Tiene ya unos pocos años. Fue de los primeros hallazgos que hice cuando empecé a moverme por sitios de autopublicación de música. Sitios en los que, entre toneladas de mediocridad (como en cualquier otra parte), se pueden encontrar las pocas cosas honestas y con valor que quedan, ya que en esencia se hacen para uno mismo, sin afán de satisfacer a nadie.

Jóvenes airados que no saben tocar, ponen la banda sonora del cabaret al que nunca asistió el Führer. Una insólita mezcla de elementos en apariencia demasiado heterogéneos para funcionar juntos. Cabaret music, folk, punk y pop. Un grupo de -lo siento, pero tienen toda la pinta- perroflautas social-libertarios berlineses, a los que les redime de tanta aparente ridiculez un gusto exquisito (a mis oídos, al menos) en la construcción de canciones y arreglos y unas letras que, en contra de todo pronóstico, huyen del tópico incendiario. Esto es, a menos que el traductor de google mienta como un bellaco y lo que hagan sea adorar al calimocho y llamar a quemar el Reichstag.

¿O líneas como estas: “Tengo una maleta llena de preguntas y no la voy a tirar/solo porque no tenga las respuestas/continuaré llevándola y no la tiraré a la basura/porque es mi última evidencia” no son algo que podría haber escrito un Leonard Cohen o un Johnny Cash en momentos de duda?

A pesar del evidente tono amateur (la batería parece tocada por una Moe Tucker borracha) y del desmañado ensamblaje minimalista tienen ese algo indefinible que hace interesantes cosas que no están realmente bien hechas... y todo envuelto en esa espléndida sonoridad germánica y el decadentismo del Berlín de entreguerras.

Si hay que ir a las barricadas, hagámoslo con clase, demonios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario